“El Dios de la triste figura”
Es bella,
bellísima
Su cabello
negro resplandece
Ante los
dorados hilos que se precipitan ante ella,
Esa mirada
cautivadora que cada mañana me saluda en la alborada
Grandes y
negros ojos que hipnotizan
Como si
estuviera hechizada,
No puedo
negar que cada mañana
Despierto
para observarla.
Cortesana
que despierta para mí
Estoy casi
seguro que soy a quien observas
“por ella daría
mi inmortalidad…”
Un buen día
la cortesana en su ritual matinal,
Saludó al
astro rey como es habitual,
La
tragedia se aproximaba,
Cuando se
disponía a su marcha,
Un
miserable ladrón tomo su vida como trofeo
La furia
del dios doliente se desató
Saltó desde
su atalaya hacia la tierra
Como un
trueno llego delirante
Hacia el
cuerpo de su amada
Un llanto
sollozó
Desde su
alma desnuda
Una lágrima
derramó
Sobre el corazón de la
cortesana
Que hasta ese momento amó
Un cielo
oscuro y tempestuoso
Circundó el
lugar
“Ahora he
de cumplir mi promesa
Viviremos juntos en la eternidad.”
Un fuego
vasto los envolvió,
Transformando
sus siluetas
En una
estatua de mármol,
“No te
puedo dar la vida,
Ya que
quitarla es mi afición,
renunciaré a la eternidad
y juntos pasaremos a la posteridad"
Por: Morbidanhell
2 comentarios:
Que belleza de poema. Amor, tragedia muy bien elaborada con la genialidad de tus palabras.
Saludos
Muchas Gracias Yessy.
Besos!
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