Salió de su casa para poder fumar, se sentía algo confundido por las cervezas que se había tomado; se sentó en una banca en el parque próximo a su casa a disfrutar de su cigarrillo.
Por un momento perdió la noción del tiempo, algo desconcertado, acabo su cigarro y regreso a la casa. Vaya sorpresa, su hogar se había transformado en una carnicería, su esposa degollada en la sala, la sangre se disimulaba en aquellos sillones de cuero; preocupado corrió a asistir la, pero ya era demasiado tarde estaba muerta, luego avanzo y se encontró a su hija desmembrada con los intestinos dispersos por toda la recamara, sus ojos se llenaron de angustia y dolor, pero fue interrumpido por la esperanza de que su bebé de un año estuviera a salvo así que corrió hacia el cuarto del pequeño.
Se encontró con todo normal, la cuna el mosquitero todo bien, pero no se escuchaba nada; se aproximó y vio a su hijo cercenado por completo envuelto en un charco de sangre, el cuello había sido cortado de un tajo, su cabeza separada totalmente del cuerpo. Corrió lleno de ira buscando al culpable, y se encontró de nuevo en las gradas afuera de su casa.
Los vecinos habían alertado ya a la policía, al escuchar los gritos que ensordecían a cualquiera que estuviera presente, a lo lejos se escuchaba la sirena que se acercaba... Con sus manos ensangrentadas, su ropa cubierta completamente de sangre y un cuchillo cebollero en su otra mano; las luces de la patrulla iluminaron su rostro. Los policías le gritaban que soltara el arma pero Thomas no hizo caso y sujeto fuerte mente el cuchillo clavándose lo en en el cuello...
Nunca imaginé semejante barbarie declaró la vecina de los Selter una familia muy tranquila.
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